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A 35 años de Black Celebration: El parteaguas musical en la carrera de Depeche Mode

17 Mar

Considerado como un clásico y favorito por los fanáticos de Depeche Mode, Black Celebration (1986) fue la culminación de la identidad de una banda que, dicho por el mismo Dave Gahan, estaba en vísperas de su separación. Después de que Vince Clarke dejó a la agrupación, Martin Gore, quien era percibido como una persona introvertida, tomó la batuta en el área de composición. Le tomó cuatro álbumes post-Clarke para llegar a ese sonido ideal que proyectaría la personalidad oscura de Depeche Mode hacia el futuro. Y no es decir que no eran buenos ya, de la creciente sincronía entre Alan Wilder y Gore sacamos sencillos que los ayudó a posicionarse exitosamente en Europa y America, como ‘People are People’ y ‘Everything Counts’.

Quizás el éxito de Black Celebration recae en que fue una apuesta sincera hacia la expresión de aquellos sentimientos de los que no era común hablar si querías llegar a las masas. Martin Gore se encontraba en la meca de su experimentación en Berlín, explorando la moda y su sentido de liberación sexual y artística. ”Si eres percibido como una banda pop, te puedes salir con la tuya más de lo normal” expresaba al ser cuestionado sobre sus creaciones que claramente se diferenciaban del sonido pop del momento. Sin embargo, Dave Gahan estaba en un periodo abstemio en el que buscaba estabilidad en su reciente matrimonio, lo que lo llevó a colisionar en ese momento con las ideas de Gore.

Gahan no fue el único que se encontraba inseguro: cuando la compañía discográfica Mute escuchó la propuesta, se asustó tanto que desapareció por una semana. La producción estaría a cargo de Daniel Miller y Gareth Jones, quienes ya habían trabajado previamente con la agrupación. Se grabó en los estudios de Westside en Londres y Hansa Mischraum en Berlín por 4 meses consecutivos sin días de descanso, lo que muy probablemente le dio ese toque claustrofóbico que tanto caracteriza a Black Celebration. Trabajar así surgió de la obsesión de Miller por el cineasta Werner Herzog y su pensamiento filosófico de ”vivir el arte”. Como sea, Jones expresó que nunca en su vida haría algo similar.

El primer sencillo de tan icónico álbum fue ‘Stripped’, quizás una de las canciones pop más intrigantes en ese entonces. Lanzado en febrero de 1986, alcanzó el número 15 en Gran Bretaña y el número 4 en Alemania, prediciendo el gran éxito que sería el lanzamiento de Black Celebration un día como hoy hace 34 años. Imponiendo la moda latente del sample, esta canción inicia con el encendido de motor de un Porsche y como columna vertebral la grabación del motor de una motocicleta.

El misterio, la sexualidad y la tensión de nuestra relación oscura con el mundo fueron los ingredientes principales para la receta de Black Celebration, temas que la banda ya había tocado superficialmente pero que en este álbum superaron con madurez. Con la utilización de samples y sintetizadores del momento combinados con baterías industriales, solidificaron una corriente en la música electrónica que ya se encontraba en formación. Es un álbum en muchos sentidos cinematográfico, gran ejemplo es el cambio etéreo al final de ‘Fly on a Windscreen’.

Como sencillos a ‘Stripped’, le sucederían ‘A Question of Lust’ y ‘A Question of Time’, ambos simplemente por título sobreponen dos grandes vertientes en la vida de un ser humano: la intimidad y el tiempo. El video musical para ‘A Question of Time’ marcaría el inicio de una gran relación entre el fotógrafo holandés Anton Corbijn y Depeche Mode, una que los acompaña hasta el día de hoy. ‘Black Celebration’, canción homónima e introductoria al disco, es una oda a la noche y a la terminación de las convenciones de la vida diaria. ‘World Full of Nothing’ es una crítica directa a estas convenciones, mientras que ‘New Dress’ es una burla a los tabloides y la moda impuesta por la princesa Diana, representante de algo tan característico de su país como lo es la realeza británica.

Un día como hoy, Black Celebration marcaría la primera de tres subsecuentes producciones de estudio definitorias para su carrera. Le sucederían Music for the Masses (1987) y Violator (1990), consolidando a Depeche Mode como una banda de culto por excelencia.

Texto por: Alejandra Laveaga



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